Según los datos de Trace One Ibérica, las marcas de distribuidor duplicarán su cuota de mercado, alcanzando un 50% en el año 2025. La crisis económica y el hecho de que los consumidores están dejando de percibir las diferencias respecto a lar marcas comerciales están incentivando su penetración y consolidación en todos los segmentos de gran consumo.
Movidos por el factor precio o no, los consumidores se muestran más proclives a considerara que las marcas blancas les satisfacen tanto como las comerciales y que todos los productos son iguales.
Según Mickael Devena, director de Trace One Ibérica, esta creciente confianza trasciende el interés coyuntural motivado por la recesión y se debe a la percepción de “garantía de calidad y seguridad alimentaria”.
Por otro lado, PLMA (Private Label Manufacturers Association) indica que los productos de marca blanca pueden llegar a suponer un ahorro del 33%. En productos de droguería, perfumería e higiene se darían los mayores ahorros (60,6%), seguidos de las bebidas carbonatadas, los helados y el pan (40%).